Periódico Gente Burgos (viernes, 27 de diciembre 2019)
Llegamos a los últimos días del año y, como siempre, es buen momento para que todos hagamos balance de lo acontecido en los últimos tiempos, sea en el ámbito personal y familiar, o en el ámbito público, que es lo que corresponde en esta tribuna que amablemente pone a nuestra disposición este medio.
De la parte pública nacional, poco vamos a decir, que no sepamos ya todos, del desastre de Gobierno dominado por el radicalismo de Pedro Sánchez a la hora de llegar a acuerdos. La estrambótica moción de censura de hace año y medio en este país ha dinamitado la vida política e institucional.
Pero si descendemos ya al ámbito local, a nuestro querido Burgos, la situación de los últimos meses no es muy diferente. Estamos en el año donde se ha producido cambio en el Gobierno municipal, a pesar de haber conseguido el centro-derecha en mayo la mayoría absoluta en el ayuntamiento capitalino.
Es el único lugar de España donde, habiendo una mayoría de una ideología con muchas coincidencias, gobierna la opción contraria. Los burgaleses quisieron en mayo que en Burgos continuara gestionando la ciudad un gobierno municipal de centro-derecha, como ha sucedido en Madrid, Zaragoza, Santander y otras muchas ciudades. Sin embargo, en la ciudad tenemos un alcalde socialista de la mano de los dos comunistas de Podemos.
Pero a pesar de esta anomalía democrática de elegir a unos y gobernar otros, algo podría disculparse si hubiera sido para bien de la ciudad. La realidad, sin embargo, es bien distinta desde mayo y es conocida por todos. Ha conseguido Daniel de la Rosa y su equipo frenar el dinamismo y el avance de Burgos de los últimos años que nos han situado a la cabeza de los principales índices comparativos con otras ciudades similares y en la primera posición de las capitales provinciales de Castilla y León.
No hay día en el que el nuevo alcalde no se tenga que desdecir de lo que decía y hacía desde la oposición. Es verdad que todos en esta vida podemos y debemos rectificar alguna cosa, pero una cosa es un cambio puntual y otra cambiar todos los días, e incluso, varias rectificaciones en el mismo día como hemos visto en alguna ocasión.
Sólo la inercia del trabajo realizado con anterioridad por el equipo popular, redactando proyectos y contratando e iniciando obras y mejoras, es lo que podemos ver hoy en distintos puntos del término municipal, sin que se haya impulsado ni una sola iniciativa por parte del nuevo equipo municipal.
Es evidente que De la Rosa solo se interesa por planteamientos muy secundarios y anecdóticos frente a las verdaderas prioridades del día a día de los burgaleses. Visión genérica para intentar ocultar la falta de dirección política y de gestión, más allá de la habitual tramitación ordinaria realizada por los buenos profesionales que tiene el ayuntamiento.
Ha pasado ya más de medio año y no sabemos aún lo que queda de este gobierno socialista/podemita si desde el centro derecha no damos una alternativa a esta ciudad, pero el tiempo vivido hasta ahora, y los inexistentes resultados obtenidos, no invitan al optimismo. Empezamos a recordar tristemente aquella primera época socialista en el ayuntamiento, de principio de este siglo, de triste recuerdo para los burgaleses.
De la Rosa se ha convertido en el Sánchez local que, en lugar de priorizar el interés general de los ciudadanos, se ha convertido en alguien con el único objetivo de estar en el cargo a toda costa, uno en la Presidencia y otro en la Alcaldía. Y para eso no, hay líneas rojas que valgan. Para ellos, los cargos no son un instrumento para mejorar la sociedad, sino que se han convertido en un fi n en sí mismos.
A pesar de esta situación, los mejores deseos y Feliz año 2020 para todos.